Sensación y sentido
¿Con qué criterios se selecciona, ordena y clasifica la información? “En general, todo lo que podemos describir podría ser también de otra manera”, contestaría Ludwig Wittgenstein desde las páginas de su Tractatus Logico-Philosophicus. La serie Book of Life de la artista alemana Anke Schüttler utiliza la fotografía para realizar un mapeo como lectura e interpretación cartográfica de la realidad, con los objetos de la ciudad, Berlín, en este caso, sus laberintos y su historia hasta entrar en las minuciosidades del código genético, intentando entender y distanciarse al mismo tiempo de una lógica naturalizada, pero quizás absurda.
La malla de metal impide el paso, pero también filtra la visión del bosque, de la imagen caótica o armónica de la naturaleza, que teóricamente se desarrolla sin los condicionamientos de la historia y la cultura. El pájaro embalsamado y cubierto de números despliega también un sistema de clasificaciones, al igual que un plano o una maqueta, donde las líneas, puntos, números y letras encierran una lógica determinada por la historia o el azar, “esa información misteriosa, posible de leer, pero indescifrable”, apunta Schüttler, que puede derivar solamente en lecturas y, a su vez, lecturas de lecturas, etc.
En Privado, el proyecto que la fotógrafa y cineasta Karin Idelson desarrolló en paralelo y a distancia desde Buenos Aires para la muestra en conjunto con Schüttler, la artista se concentra en sitios específicos donde la información circula, se lee, consume e interpreta en la soledad de la cabeza enfocada en el monitor, pero también en el lugar donde ese acto sucede grupalmente, el cybercafé. Su mirada se aleja de “tentaciones panorámicas o explicativas” y se dirige más bien a ciertos puntos, ciertas luces, colores, espacios comunes que se convierten en imágenes casi abstractas, los costados de lo que puede llegar a registrar la cámara web, donde la mirada se posa un momento y los relatos pasan al olvido o dejan de lado el sentido y la temporalidad.
Idelson y Schüttler fotografían de manera directa y analógica, como queriendo escapar a la volatilidad digital y cibernética. Y también como queriendo trascender las barreras del tiempo, sus imágenes se incrustan a la vez en un momento histórico preciso mientras se remontan a los archivos de un conocimiento que se confunde con la naturaleza, pero que, como diría Wittgenstein, podría también ser de otra manera.
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